Art Crimes Front Page
© 1998 Paco Alarcón
English
Translation: Paula M. Waldeck
Chicos inquietos
decoran los vagones del metro,
rapeando a coro el estribillo:
FIGHT THE POWER
¿ QUÉ ? Un grupo de niñatos decora a conciencia el vagón del metro con sus gruesos rotuladores. Se lo pasan en grande, gritando y empujándose, mientras pugnan por ser el que más veces imprima su huella (tag/etiqueta) en los cristales, asientos y puertas. Una pareja de ancianos les observa, ofendidos y murmuradores. El resto del pasaje hacemos como si no existieran, parapetados tras los diarios. Cuando se apean, se alzan las voces de la comunidad:
- ¡ Vaya educación, enguarrándolo todo ! - espeta la señora mayor.
- Y ya son mayorcitos. ¡¡ Alguién tendría que darles cuatro hostias bien dadas !! - le corea un pureta con el SPORT bajo el sobaco.
Salgo a la calle, pensando en la larga tradición humana de violadores de las paredes blancas, de los que marcan su territorio. Aquellos que hacen muescas sobre el basalto y se dejan llevar, y empiezan a ver cosas y a sacarlas de la piedra. El hombre ha ido perfeccionando su capacidad de alterar el medio en el que habita, desde la prehistórica lucha por el control del fuego o la aparición de arcaicos lenguajes, hasta la actual contaminación masiva del entorno. El hombre de las cavernas hace grabados con buriles de silex o pedernal, dibujos sobre la arcilla con sus manos o utilizando palillos. Bajo la iluminación blanquecina de una lumbre de huesos pinta bisontes a la carrera, realzados por los salientes de las rocas. Hay una gran cantidad de dibujos tectiformes y figuras diversas, cuyo significado no ha llegado hasta nosotros. Son parte del mensaje que evolucionó y dió forma a las palabras, construcciones de ideas, sonidos, signos y letras.
Los tags (etiquetas) son diseños publicitarios personales, sobrenombres repetitivos con los que reflejarse en todas las superficies. Para la mayoria de la gente no son más que monigotes, caos sobre el gris ciudadano. Este hermetismo forma parte del encanto de los tags, el código secreto de la tribu. En los idiomas basados en caracteres latinos hemos perdido el gusto por el arte caligráfico, tan estudiado antiguamente. Tuvo su esplendor en épocas de códices miniados y de escribientes. Y hasta creo recordar que pasé largas horas de mi infancia haciendo caligrafía gótica (muy propio del franquismo y su germanofilia). Acabó cautivándome esa plumilla ancha que suelta gruesas líneas cuando escribes de arriba a abajo, y delgadas cuando lo haces de lado. Hoy se han perdido los caligramas, con su casita de montaña nevada y el humo que escribe poemas de chimenea. Impera la ley de la tecla, ¡ y si es de Apple, mejor!. Sin embargo, otras lenguas, con sus grafías de trazos sueltos y alargados, siguen desarrollando excelsas obras de caligrafía. En el ámbito del Islam, la ausencia de artes plásticas fomenta el trabajo de los poetas, creadores de paisajes para los labios sensuales de las esclavas cantoras. Los caldereros golpean el latón mientras entonan zéjeles lascivos, los calígrafos amasan en sus plumas la lengua sagrada con la que Allah se reveló a Muhammad. Los yeseros ensalzan mediante bellas filigranas la armonía esotérica y plasman en caligrafia decorativa los versos de Ibn Zamrak por los muros de la Alhambra:
" Hasta al ramo proteges de la brisa
y hasta a la estrella asustas en su cielo:
si los astros titilan es de espanto;
de gratitud, los sauces si se doblan."
La poesía epigráfica granadina no estaba permeada al entendimiento del común de las personas. Sólo algunos iniciados, sabios de vasta cultura, eran capaces de entender su significado, enramado por motivos florales. Por tanto, el idioma perdía su sentido utilitario y se fundía en los mocárabes, como parte de la decoración geométrica en la frágil arquitectura nazarí.
La manifestación del Vacio mediante lo Lleno es el ejercicio de los ideogramas chinos. La vía de la caligrafía se ejecuta mediante una coreografía en que la energía caracolea desde los pies hasta el pincel, equilibrando los trazos de tinta y el papel. Muchos ideogramas son figurativos, expresiones conceptuales que educan a los chinos en una forma de pensar más unida entre la imagen y la representación de la imagen. En la composición de los dibujos escriben, con trazo sereno, relatos fantásticos. Fragancias entintadas en piedra de jade. La ilustración se nutre por la estabilidad de todos los elementos: el resplandor del sol invernal atravesando los álamos deshojados, las columnas de escritura y la bruma en la montaña de Lo Fou.
Mientras paseo, sigo observando las firmas en los buzones, tapando las señales informativas. Chicos inquietos acribillan a firmas las camionetas que duermen en algún barrio periférico, ¡ y lo contentos que se ponen sus dueños !. Son los odiados, los apestados en este mundo de la moda y el diseño. Escritores de paredes y los más crecidos, que pintan divertidos grafittis cuando juntan dinero para unos cuantos esprays ecológicos. Rapeando con énfasis DON'T BELIEVE THE HYPE trazan coloridos paisajes en tapias de callejón, personajes manga que pelean junto a las vías del tren. Como en todo arte hay personajes excepcionales, barcelós del aerógrafo que difuminan los contornos de personajes gigantescos, buenos pintores que nos regalan con sorprendentes visiones de efímeros mundos en policromía.
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